Vota si te sale del coño

Para el que todavía no lo sepa, mañana son las elecciones. Aunque desde luego, si alguien no sabe que mañana son las elecciones dudo mucho que tenga redes sociales, porque ha habido un machaque bastante intensito por redes sociales con el tema.

Casi desde que dijeron que iba a haber elecciones vengo leyendo el mismo mensaje: «No te quedes en casa, vota». Curioso que en ningún momento he leído «Infórmate de lo que está pasando», «Ejerce tu voto con conocimiento», «No votes sin cabeza». No, el mensaje es vota. Levanta tu culo del sofá, con resaca o sin ella y vota. Y para los que ya se están cagando en mi, no me malinterpretéis, me parece alucinante como están ciertos partidos políticos en España que paso de mencionar por no dar publicidad* y desde luego una de las cosas que estaría bastante bien evitar es que gente con ideas tan nocivas llegue al poder. Pero uno de los grandes problemas que tenemos en España es que la gente no se informa, votamos por inercias voy a decir culturales, y encima nos sentimos orgullosos de ello. Votamos ignorantes, y así es como salen los partidos que salen. Luego un Youtuber hace un vídeo preguntando por el programa del partido que-no-debe-ser-nombrado y resulta que los votantes no tenían ni idea de que esas cosas estaban en el programa electoral. Bueno, pues antes de que digáis (que os veo venir) que estas son cosas que claramente solo pasan en un lado del espectro político, mirad bien, que hay dos vídeos diferentes que hacen la misma gracia con dos partidos políticos que están en extremos opuestos del tablero de las ideologías. No, en España votar sin conocimiento no es cosa de una tendencia más de derechas o más de izquierdas, en España votar sin conocimiento es cosa de todos. Por eso cada vez que veo el hashtag #votacoño se me llevan los males. Vota, pero infórmate de una puta vez de qué estás votando, coño.

Y una cosa voy a decir, informarse no es estrictamente leerse los programas electorales. Informarse es pensar por qué una cosa u otra te parece mejor, y pensar por qué eso es bueno o no para el país, o si en realidad eso te importa una mierda. Por ejemplo, a mí de primeras me podría parecer estupendo que alguien llevara en el programa poner un salario mínimo para todo el mundo, pero luego tengo que ver si el resto del programa electoral podría apoyar esa medida, porque actualmente estamos en un punto en España en el que no está muy claro que las pensiones se puedan mantener, ¿cómo podría afectar al país añadir un salario mínimo para todo el mundo? ¿Podría eso provocar que las pensiones de las personas mayores se reduzcan, al menos durante un tiempo, para que la economía del país pudiera soportar eso? Informarse es dar un par de pensadas y buscar información, no solo leer el programa electoral. Informarse, chicos, y esto es muy importante, es también tener en cuenta la trayectoria histórica que tienen los partidos políticos, y no voy a decir nada más concreto porque realmente respeto la jornada de reflexión. Y cuando tengas todo, entonces estás informado, y entonces estás votando con cabeza. Porque lo de que votar es un deber no significa que hay que hacerlo por cojones, significa que hay que hacerlo bien.

Y ya por último, si después de hacer todo eso, decides que no hay ningún partido que merezca tu voto, decides que no quieres votar al menos malo, NO VOTES. Sí señores, no votar es un derecho también. Y si te quieres quejar, te quejas, con la potestad que me da la libertad de expresión te doy mi permiso, porque has tomado una decisión consciente de por qué no quieres votar. Porque ante todo, lo que le falta a España son decisiones conscientes.

Lo que habría que pedir no es que #votescoño, es que te informes antes de votar, que votes con cabeza, y si votáramos con cabeza en lugar de con los genitales, en España otro gallo cantaría.

#votasitehasmolestadoeninformartesinoquedateencasa

*He visto más propaganda explicando lo malo que es el partido que todos sabemos que haciendo publicidad de cualquier otro partido. De verdad que parecemos nuevos en esto, ¿nadie ha escuchado que no hay publicidad mala?…

Apología por la fantasía

Resulta que este verano me estaba releyendo Peter Pan, y cada vez que se lo mencionaba a alguien la respuesta podía variar de “oh, qué bonito es” a una mirada paternalista que significa algo así como “¿no eres ya demasiado grande para estar perdiendo el tiempo en esos cuentos para niños?”. No es una reacción exclusivamente ligada a Peter Pan, generalmente es la misma respuesta que genera hablar de cualquier libro de fantasía o ciencia ficción. Sin embargo, cuando menciono que estoy leyendo Mrs. Dalloway, la respuesta suele ser más del tipo de “ah, ese libro es muy interesante”. ¿Por qué esa diferencia de respuestas cuando ambos son dos clásicos de la literatura del siglo XX? Bueno, claramente uno es un libro serio, cargado de crítica a la sociedad británica de entre guerras y el otro es un cuento de fantasía, ¿no? Y estos últimos están hechos para los niños. Sin embargo, Peter Pan es una obra también muy crítica con la sociedad victoriana, aunque claro, las críticas están ciertamente más escondidas que en Mrs. Dalloway, precisamente porque el medio es otro.

Mientras que en Mrs. Dalloway realmente lo único que hay es crítica pura y dura (y ya hablaremos en otro momento de que no deja títere con cabeza), en Peter Pan la crítica viene dada por el tratamiento de los personajes (también haré un post profundizando en el tema, ya que no es exactamente el objetivo de éste). En ningún momento va a salir un personaje haciendo un soliloquio explicando por qué las maneras de los caballeros ingleses le parecen una sandez como hace Peter Walsh, ni va a salir una mujer diciendo que desde que ha adoptado el nombre de su marido ha dejado de ser ella misma para no ser más que la señora de Richard Dalloway, perdiendo su identidad. No es que toda la crítica de Mrs Dalloway se presente en forma de soliloquios, pero sí a través de personajes realistas que son más fácilmente asociables a su contexto. En Peter Pan nos vamos a encontrar personajes camuflados de infantiles pero con una discusión interior enorme (de nuevo disfrazada) que nos presenta su crítica a la sociedad. Por ejemplo, tenemos la dualidad de Garfio y Smith, con los que James Barrie presenta la obsesión por las maneras caballerescas de la sociedad victoriana (con el primero) y a un personaje que se escapa totalmente de esas maneras pero que al final llega a estar moralmente por encima al final.

El tratamiento de temas como la maternidad, el desarrollo personal, los valores asociados a la masculinidad y la feminidad en Peter Pan está camuflada en personajes como Wendy, Peter Pan o los señores Darling. Personajes que pueden parecer caricaturescos, pero es precisamente esa caricatura lo que nos deja ver la opinión del autor de cada uno de estos temas. No es un libro menos crítico, pero sí es un libro más sutil. La diferencia es que los libros como Mrs Dalloway nos plantean las preguntas, a los libros como Peter Pan se las tenemos que plantear nosotros.

No creáis que este post se limita a defender la obra de Peter Pan en contraposición a Mrs. Dalloway. Ambos me parecen libros maravillosos. Simplemente los he escogido para plantear una cuestión, puesto que son dos clásicos de la literatura británica del siglo XX muy cercanos en el tiempo. La cuestión es que el medio de la fantasía y la ciencia ficción tiende a infravalorarse, y creo que, como lectores serios, tenemos que dejar de lado los prejuicios que tenemos asociados a este tipo de literatura. Claro, con un libro que nos cuenta el día de una mujer que está preparando una fiesta para esa noche es muy difícil quedarse en la superficie, lo interesante está claramente en la profundidad del mensaje que manda, pero con un libro que nos introduce a un mundo mágico es muy sencillo quedarse en la superficie de ese mundo nuevo y en lo bonito que es. Eso no quiere decir que ninguno de los dos sea menos serio o menos interesante.

Lo que intento con este ejemplo es haceros ver que la fantasía no es más que un medio que se puede usar con la misma seriedad que cualquier otro. Quizás no deberíamos juzgar a un libro por su apariencia, quizás deberíamos juzgar a un libro por los temas que trata y no por el formato en que haya decidido hacerlo.

Como bien dijo Keane Davies:

Todos los poetas son políticos. Somos políticos por nuestro ruido y nuestro silencio. Cuando una poetisa escribe sobre árboles, está siendo política tanto por aquello sobre lo que elige escribir como por lo que no elige tratar en su escritura

Aprendamos a leer esos mensajes y no sólo las palabras.

El rosa es de niñas

El rosa es de niñas. Y eso es una realidad. Aunque no sea más que una asignación fortuita que se ha hecho en una cultura muy concreta y en una época muy concreta. Sin embargo, no es la única asociación que tenemos asociada al género de una persona, pues en nuestra cultura se han creado roles ligados a lo masculino y lo femenino: los ya tan famosos roles de género, que, por si alguien sigue en la cueva con Platón, no son más que un conjunto de normas sociales vinculadas a lo que se entiende por hombre y mujer. Asociar el color rosa con las niñas y el azul con los niños es una ínfima muestra de lo que son los roles de género, pero día a día vemos pruebas de los mismos en comportamientos mucho más relevantes, como aquello de los niños  no lloran, las mujeres cuanto más calladas más guapas, los niños son más desastres, las niñas son más tranquilas , … Esto llega hasta tal punto que incluso hay carreras asociadas a hombres (como pueden ser las carreras STEM, Sciences Tecnologies Engineering and Mathematics)y otras asociadas a las mujeres (como magisterio o enfermería). No obstante, estas concepciones no son tan fortuitas como lo del rosa y el azul, ya que, por ejemplo, se asocia que las mujeres van a ser mejores como maestras o enfermeras porque es una carrera íntimamente ligada con el rol de cuidadoras, que se nos ha asignado porque somos las que tenemos la capacidad de dar vida. Quizás porque la capacidad de dar vida es una cualidad innata de las mujeres, el rol de cuidadoras nos ha sido asignado en la mayoría de las culturas, lo cual hace más difícil percatarse del trasfondo cultural del mismo. Sin embargo, respecto a las carreras STEM ocurre una cosa muy curiosa, mientras que en las culturas occidentales siempre hay menos mujeres que hombres, en las culturas árabes ocurre todo lo contrario, y la explicación es muy interesante: en la cultura occidental esas carreras dan un poco de respeto y se consideran para genios, y claramente ser un genio es más cosa de hombres que de mujeres, pero en la cultura árabe son carreras que no dan miedo y donde se sabe que la perseverancia paga al final, con lo cual no se excluye a las mujeres de manera tan tajante. No es casualidad que la única medalla Field ganada por una mujer la ganara una iraní, ya que en Irán más del 70% de los estudiantes de STEM son mujeres. (Por cierto, Maryam también es la única persona iraní que ha ganado ese premio).

Lo maravilloso es que nos estamos dando cuenta de que todo esto son construcciones sociales, y estamos intentando cambiarlo. Cada vez veo más campañas enfocadas a hacer más atractivas las carreras STEM a las niñas. Sin embargo, veo muy pocas campañas, por no decir ninguna, enfocadas a que los niños se metan en enfermería. Seguimos teniendo una asociación indirecta a que los roles masculinos son los exitosos y los femeninos no, y por eso, elegir quedarte en casa para cuidar de tus hijos en lugar de continuar con tu carrera se considera un fracaso, a pesar de ser una elección maravillosa, siempre y cuando sea una verdadera elección libre. En este punto nos encontramos con varios problemas:

  • A día de hoy estas elecciones están muy condicionadas por los roles de género, y son esas asociaciones las que hay que romper.
  • Nadie es ajeno a los roles de género, hemos crecido con ellos.
  • Ninguna elección es mala, siempre y cuando sea una elección.

El problema no es que una mujer elija no dedicarse a STEM, sino que lo haya hecho porque nunca se ha sentido segura en esos campos ya que son cosa de hombres, ni que un hombre decida meterse a medicina en lugar de a enfermería, sino que lo haga porque si no lo van a considerar un fracasado, pues enfermería es de mujeres. Llegados a este punto, hay que hacer una puntualización primordial: en estas asociaciones las mujeres hemos salido perdiendo, por mucho, lo que ha generado un mayor rechazo hacia lo ligado al género femenino, porque, a pesar de que ir de rosa sea inocuo, hay otras muchas concepciones ligadas a ser mujer que son malas, como por ejemplo ser débil (pegas como una niña, lloras como una niña…). Son estas otras asociaciones las que provocan que a cierta edad muchas niñas pasen de decir que su color favorito es el rosa a decir que lo odian, fenómeno que no he visto con niños y el azul. Si queremos llegar a un punto en que los roles de género no sean más que algo que se estudie en los libros de historia, tenemos que deconstruir nuestros comportamientos, y el primer paso es aceptar que estas asignaciones existen. Tenemos que saber ver qué es lo malo de cada cosa, qué es lo bueno, y qué es lo irrelevante, y ser conscientes de que el problema no es seguir lo que a día de hoy está asociado a tu género, sino tener que hacerlo porque no tienes otra alternativa.